30 de julio de 2012

si el amor conforta, lo demás no importa

Voy a mirarte como si me pertenecieras pero no dejaré que mi corazón vuelva a llenarse de mariposas, de inútiles mariposas que revolotean cuando te ven, que hacen cosquillas cuando te arrimas a mi sin una escusa demasiado seria, que me sacan la sonrisa tonta y que me duelen, me muerden, me arañan el interior del estomago cuando viene cualquier niña tonta que no te conoce tanto como yo. No estoy pensando en ti. No estoy pensando en tu nombre, en tu nariz, en tu forma de vestir, en la forma que tienes de sonreír ni como te ríe. De verdad que no estoy pensando en el día que me dijiste que si yo me acercaba a ti tu te arrodillarías, de verdad de la buena que tu no eres nadie para mi, ni para las mariposillas que me inundan el interior. Que no eres el motivo por el que me quedo a oscuras, sentada en mi cama con el móvil entre las manos y tu conversión abierta, y tampoco eres tu el motivo de despertarme por la mañana y encontrarme el móvil en medio de la cama y tu conversación abierta, tu última frase: ya me has abandonado... Yo se que no me das los buenos días porque tu eres más de noche, tu te meterías entre las rejas de mi ventana para verme dormir, quizá 15 minutos como mucho para luego despertarme a lametones en la oreja y besos por el cuello.


18 de julio de 2012

Siento deciros que habéis infravalorado el "buenos días princesa", que decir te quiero ya no vale nada, y que  incluso cuando lloras no es tan real como hace un par de años. Siento decirte que a mi ya no me sorprende que tu aliento choque contra mi nuca y que tu mandíbula muerda mi cuello.
Cuando me llamas pequeña y en realidad soy tu mundo entero, cuando en vez de  rodear mi ombligo, rodeas el tatuaje que me hice pensando en ti, pensando en la libertad cuando tus dedos corrían sobre mi cuerpo sin ningún pudor, cuando de tu boca salían todas las cosas que te apetecía hacer, cuando me contabas tus sueños y yo te ayudaba a cumplirlos. Cuando me contabas tus problemas y yo los solucionaba. La libertad de soñar contigo y no ser juzgada, es odiarte, negarte un beso y que vengas detrás mía corriendo sin pensarlo y me digas que no me puedo ir, que no me puedo ir de tu vida y con las mismas yo no me vaya. Que no piense las cosas que hago ni las repercusiones que pueda tener porque las ganancias pueden ser perdidas, pero las perdidas pueden ser ganancias. Que de vez en cuando hay que pararse, en medio de la calle mismo, la Gran vía de Madrid, millones de personas pasando a tu lado sin percatarse lo mas mínimo de que tu estas impidiendo el paso de cientos incluso relentizandolo. Pararse y pensar sobre las personas, que ves como se van de tu vida por la puerta de atrás, sin avisar.